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Las quemaduras solares son lesiones comunes que pueden ocurrir debido a la exposición prolongada al sol sin la protección adecuada. Saber cómo actuar rápidamente es clave para minimizar el daño y evitar complicaciones.
Por ello, en EASOS, te explicamos cómo prevenirlas, los primeros auxilios adecuados y por qué la formación en socorrismo es esencial para responder ante este tipo de emergencias.
Es fundamental conocer la gravedad de una quemadura solar para aplicar el tratamiento adecuado. Existen tres niveles principales:
Afectan solo la capa externa de la piel (epidermis). Se caracterizan por enrojecimiento, dolor y sensibilidad. Suelen desaparecer en pocos días con hidratación y cuidado adecuado.
Pueden causar ampollas, inflamación y dolor más intenso. Se requiere mayor precaución para evitar infecciones y acelerar la recuperación.
Son las más peligrosas, ya que pueden provocar daño profundo en la piel, fiebre, escalofríos y deshidratación. Requieren atención médica urgente.
La actuación inmediata puede marcar la diferencia en la recuperación de la persona afectada. Sigue estos pasos según la gravedad de la quemadura:
Aplicar compresas frías o duchas de agua fresca para aliviar la inflamación y reducir el dolor.
Usar lociones con aloe vera o cremas hidratantes para calmar la piel y favorecer su regeneración.
La exposición solar prolongada puede causar deshidratación. Es esencial aumentar la ingesta de líquidos.
Evitar el sol mientras la piel se recupera y usar ropa que proteja las zonas afectadas.
En situaciones de quemaduras solares, contar con conocimientos en socorrismo puede ser de gran ayuda. Si buscas convertirte en un socorrista acuático altamente capacitado, confía en EASOS.
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Escuela Autonómica de Referencia en Socorrismo y Salvamento Acuático.
