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En España, tener el título de socorrista acuático es obligatorio para poder ejercer profesionalmente en piscinas, playas y cualquier espacio acuático de uso público o colectivo. Esta exigencia se establece tanto en normativas nacionales como en reglamentos autonómicos, que son los que concretan los requisitos en cada comunidad.
Contar con el título de EASOS significa que la persona ha superado una formación homologada, que incluye:
Estas competencias son indispensables para garantizar la seguridad de los usuarios y una intervención eficaz ante cualquier emergencia.
La mayoría de las comunidades autónomas exige la titulación en estos entornos:
Además, la responsabilidad legal recae sobre las empresas o entidades que contraten. Si emplean a una persona sin titulación, se exponen a sanciones y problemas legales en caso de accidente.
Trabajar como socorrista sin estar debidamente acreditado no solo es ilegal, sino que supone serios riesgos:
En resumen, no tener la formación exigida puede suponer un riesgo para todos: bañistas, empleadores y el propio socorrista.
En España, hay distintos tipos de formación, pero para ser socorrista legalmente se debe contar con un curso de socorrismo acuático homologado. Programas como el de EASOS cumplen con los requisitos legales y ofrecen:
Escuela Autonómica de Referencia en Socorrismo y Salvamento Acuático.
